miércoles, 16 de julio de 2014

Ponte loco... que volvimos

            Algo más de cuatro meses sin escribir: demasiado para mi gusto. Pero, bueno, vieron cómo  es esto de la vida. No siempre se puede hacer lo que a uno más le gusta.
       A pesar de mi ausencia, como era de preveer,  nada ha cambiado; el mercado pizzerístico platense al menos no. Mi inasistencia no le sirvió para mejorar y estar a punto: la semana pasada, más precisamente el jueves, volví a ver frustradas mis ganas de comer Pizza. El destino era "El taller"; por terecera vez iba a intentar probar estás Pizzas. Me seguían llegando muy buenos comentarios de ellas. No obstante mi entusiasmo, me quedé nuevamente con las ganas: sin importar el día, las tres veces que fuí, siempre me topé con las puertas cerradas. No entiendo...
             Como se ve, ese jueves no comí Pizza. Pero sí, imprevistamente, el sábado siguiente; 5 de julio. Surgió como quien no quiere la cosa. Cirilo, Lucas, y el que suscribe nos encaminábamos hacia el centro de la ciudad en busca de algo con qué saciar nuestro hambre; que si nos ajustamos a los hechos, debemos reconocer que no era mucha. Y rápidamente a instancias de Cirilo, giramos en 180° y enfilamos para 18 y 70.
            Un puñado de minutos mas tarde llegamos a Loco ponte. Esta Pizzería es bastante pequeña: no más de seis mesas en la planta baja, y otras tantas en el subsuelo. Así que no nos asombró que estuviera repleta y que hubiera que hacer cola. El frío no invitaba a esperar afuera; ni siquiera dentro del auto. Motivo por el cual nos dirigimos hacia el local. Entramos y preguntamos sobre la existencia de una mesa vacía para tres.
              Con muy buena onda, nos ofrecieron una para dos ubicada en un recoveco bastante pequeño. La mesa se hallaba flanqueada por una heladera tipo baúl, una ventana y por el pasadizo que formaba con la barra de madera. De más está decir que no la rechazamos. Segundos más tarde estábamos escudriñando la carta.
              Una jardinera pequeña, una napolitana grande y una Nonthue, fue lo que solicitamos primero. De inmediato la birra estuvo ante nosostros. Le siguieron, sin prisa pero sin pausa, otra Nonthue y una Heineken de Litro.
              Para no extendernos demasiado con los detalles, diré que las Pizza de Loco Ponte están más que bien. Sobre todo, si te gusta la Pizza a la piedra. Pero a no llevar demasiadas expectativas: para mi gusto, el queso y demás ingredientes no venían generosamente provistos. Y hasta me atrevo a decir, perdón si me equivoco, que los escatimaron groseramente.
               No obstante esto, la pasamos más que bien. Mis compañeros quedaron satisfechos y todo no nos costó más que lo previsto.

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