martes, 30 de julio de 2013

De Autor

            Según mi recuerdo bastante vago, fue inaugurada hace poco más de dos años. Desde ese entonces, la he visto en innumerable cantidad de ocasiones. Ubicada a pocas cuadras de casa,  cada semana me encuentro, cuando rumbeo para el centro, pasando frente a ella.
            Su cartelería marrón oscuro y su logo con connotaciones precolombinas llaman la atención de quién pase cerca de este local, ubicado en la esquina nordeste de 51 y 16. Sin embargo fue no hace mucho que me percate de una pequeña leyenda escrita con finas letras blancas en diversos lugares de su perímetro: Pizza de Autor, dice.
           Me pareció original. O por lo menos voluntarioso el hecho de querer escaparle a la palabra gourmet acoplada a platos cuya esencia es no serlo. Así que me dije: tengo que venir a probar la Pizza de Kalen.
           El segundo jueves de las vacaciones invernales tuve la oportunidad. Y la aproveché: invité a mi familia a comer Pizza.

lunes, 15 de julio de 2013

Doble fax




        Miércoles 10 de julio. Rondaban las dos de  la tarde. Radio en mano, yacía en la cama con la firme intención de robarle 20 minutos a la tarde para ofrendarla a la diosa siesta.
        En lo personal encuentro más placentera esta noble tarea si la realizo con el arrullo que brinda un buen programa de radio a elección. Por lo común recalo en emisoras que podríamos llamar clase B, o de segunda línea; aquellas que la gran mayoría de mis conciudadanos no sospechan siquiera de su existencia, motivo por el cuál la ignorancia general respecto a los programas que suelo escuchar alcanza niveles paroxísticos.