lunes, 22 de octubre de 2012

Por convención, no hay convención

       Cuatro quesos. Una de las mejores opciones que tenemos a mano a la hora de elegir una Pizza. Sin embargo, se podría decir que esté nombre, en Pizzas al menos, genera más dudas que certezas. ¿Por qué? Porque pareciera que todos implicitamente convenimos en que no haya acuerdo.
        Cuatro. Hasta aquí podemos estar seguros. La Pizza traerá cuatro quesos. Pero cuáles, es toda otra cuestión. Más allá de la Mozzarella, hay una variedad de opciones que las diferentes Pizzerías, pizzaiolo mediante, harán suya en función de distintos factores: gustos, costos, accesibilidad entre otros.
        En la ciudad de La Plata esto sucede y de manera muy marcada. La Pizza cuatro quesos varía de Pizzería en Pizzería. Pero no hay un mapeo de las opciones que tenemos los platenses cuando decidimos comernos una Cuatro Quesos. Por eso desde este blog haremos en breve un relevamiento de las variantes de esta Pizza que hay en el mercado platense. Y no sólo esto. También intentaremos saber por qué las Pizzerías optan por una y no por otra combinación de quesos.
                

martes, 16 de octubre de 2012

Ni una cosa ni la otra, sino todo lo contrario

       En gastronomía hablar de lo mejor o lo peor, de lo bueno y lo malo y cuestiones de esa índole linda con la pedantería y la inutilidad. No obstante, intentaremos salir indemnes de hacer justamente eso.
        ¿Cuánto queso y demás ingredientes debe cargar una Pizza? Cada uno seguramente debe tener su medida personal. Pero por lo general uno se enfrenta a dos situaciones bien diferenciadas, en La Plata al menos.

lunes, 15 de octubre de 2012

Al Pueblo lo que es del pueblo

      Nos guste o no, La Plata es un pueblo grande. Por más que nos esforcemos en parecer otra cosa, o queramos negarlo, es así; siendo más pueblo que grande. Esto se nota sobre todo en nuestra idiosincrasia que se trasluce de manera palmaria en el mercado gastronómico platense.
      Todo aquel que decida salir de Pizzas, luego de pasada la medianoche encontrara disminuida de manera sensible sus posibilidades de acceder a lo que desea: comer una Pizza. Los hornos se apagan, la sillas se levantas, los mosos empiezan a barrer y para cuando uno toma consciencia de que debe comer algo, tiene media ciudad cerrada. Y la otra mitad no se encuentra en condiciones de atender nuestros pedidos.

domingo, 14 de octubre de 2012

Se va la primera

             Al fin. Sí al fin nos decidimos y salimos a la caza de nuestra primera Pizza.
      Aunque no era nuestra intención, era previsible.  Luego de toparnos con algunas puertas sorpresivamente cerradas, terminamos en GorII; diag 77 y 10, casi 42. Como si supiéramos algo de lo que queremos escribir, en nuestro primer safari pizzerístico, nos acompañaron, o mejor dicho se presentaron un puñado de items que han sido tema de entradas en nuestro blog.
      Sábado soleado de primavera. Mediodía casi en punto. Ineludible y deseable, salimos en familia a la búsqueda de nuestra presa. Quizá por ello fuimos a lo seguro: GorII es un clásico platense, o se le asemeja bastante. Con sus pros y sus contras, sabíamos a qué podíamos atenernos. Así que rumbeamos para dónde era indicado y en pocos minutos estábamos ingresando en la Pizzería de marras.

lunes, 8 de octubre de 2012

Cuento cuantas

       No hay muchas. No sabemos por qué, pero la ciudad de La Plata no cuenta con muchas Pizzerías propiamente dichas. Los lugares dónde uno puede ir sólo a comer Pizzas y poca cosa más, se podrán contar con los dedos de las manos.
      Sin haber hecho un pormenorizado sondeo del mercado pizzerístico platense, nos atrevemos a decir que no superan la quincena las Pizzerías platenses dignas de portar esta etiqueta. El número se reduce significativamente si tomamos en cuenta cómo se autodenominan. Lugares en La Plata que se llamen lisa y llanamente Pizzerías no deben ser más que tres.

sábado, 6 de octubre de 2012

Obsevación

        ¿Cómo comenzar? No debe ser tan complicado. Pero hacerlo sin financiamiento externo, puede llegar a serlo; y mucho. Quizá la opción sea describiendo: observando, rescatando similitudes y diferencias, preguntando. Poniendo cuatro sentidos en acción y dejando las papilas gustativas para lo último. Para otra etapa.
         El resultado de una actividad tal, puede que no sea el ideal. Pero no por ello deja de ser útil. Uno suele decidirse por una y no otra Pizzería que no conoce, sólo por lo que se ve de afuera. Ventanas, paredes, techos, colores, sillas, mesas. Todo puede influir en nuestra decisión.
         Nuestra primera salida al asfalto tal vez sea de mero caracter descriptivo. Más de uno lo agradecerá. Sobre todo nosotros mismos.

Contratendencia

       Lo que sigue no hará más que confirmar nuestros sólidos principios doctrinarios, chupate esa mandarina: en la simpleza está lo sabroso. Sin embargo, nunca está de más insistir y clarificar las ideas. Uno por lo común no puede excederse en  cuestiones proselitistas. Máxime cuándo se trata de una contratendencia, difícil de hacer notar en el mundo de la gastronomía y de la industria culinaria dónde el concepto gourmet se le adjunta a cualquier plato, sin importar lo ridículo y contradictorio que esto pueda parecer y lo más importante, ser.
       Desconocemos si es sólo parte de su personaje, o realmente lo entiende así. No obstante, Alejandro Dolina (1:18:12) vuelve a darnos una mano para poder enfatizar e insistir en lo referente a la tilingueria y la comida. Hay un punto no muy lejano, más allá del cuál todo lo que uno puede hallar es grupo, como diría mi padre. Con esto no queremos insinuar que sea mentira, pero se le parece bastante.
        En Pizzas, y otras comidas tradicionales, encontramos variantes forzadas que no hacen más que que ir en contra del sentido común. Si es que algo así ha existido alguna vez. No vamos a proveer desagradables detalles que poco aportan. Quizá, baste el siguiente. Hay quienes se atreven a publicar con formato de libro 100 variantes de Pizzas. Confieso que no lo leeré. Simplemente pregunto y exclamo: cortémosla con la tilinguería, por lo menos en lo que a Pizza se refiere.

viernes, 5 de octubre de 2012

Cortemosla con no cortarla

        No hay necesidad. Nada obliga a hacerlo mal. Y sin embargo es común ver que no se haga bien. Es perentorio cortar a fondo y también cortarla con cortarla a medias: si la Pizza viene cortada en porciones, viene cortada en porciones. Y cualquier punto intermedio debe ser inaceptable. Nada de marcar, y mucho menos de no cortar.
        A más de uno nos ha sucedido. Hablo de tomar una porción, ya sea de la caja de Pizza, de la típica Pizzera de madera o de dónde hayamos decidido llevarla a la mesa, y junto con la porción tomada se nos viene una cantidad impredecible de Pizza; dependiendo de la buena voluntad o de la pericia del Maestro Pizzero o de quién haya retirado la Pizza del horno.
        Varios escenarios posibles pueden ocurrir cuando la Pizza viene mal cortada: arrastrar parte de la Mozzarella de la Pizza restante; peor aún, que este queso caiga en algún lugar inapropiado de la mesa o sobre la humanidad de un comensal que tengamos cerca; una porción entera puede venirse junto con la porción elegida y por peso propio caiga antes de poder dejarla en lugar indicado; una damisela en problemas por no poder hacerse cómodamente de la porción elegida puede recibir la ayuda de un buen hombre cuya noble intención no se traduzca en resultados óptimos dado que lo más fácil sea separar la porciones con la mano.
        Todas estas situaciones incomodas e innecesarias, y otras que no se nos ocurren pueden evitarse si se la corta con cortarla mal.