Doble fax

        Miércoles 10 de julio. Rondaban las dos de  la tarde. Radio en mano, yacía en la cama con la firme intención de robarle 20 minutos a la tarde para ofrendarla a la diosa siesta.
        En lo personal encuentro más placentera esta noble tarea si la realizo con el arrullo que brinda un buen programa de radio a elección. Por lo común recalo en emisoras que podríamos llamar clase B, o de segunda línea; aquellas que la gran mayoría de mis conciudadanos no sospechan siquiera de su existencia, motivo por el cuál la ignorancia general respecto a los programas que suelo escuchar alcanza niveles paroxísticos.

       Ese miércoles en particular había elegido Traigan la tarde. Mauro Federico y Lorena Toso son los responsables en conducir este programa que va de lunes a viernes de 13 a 15, por Splendid 990. Promediando la primer hora suelen entrevistar a algún personaje relacionado con la gastronomía. En esta ocasión le había tocado el turno al dueño de la Pizzería La Continental. Vale la mención: una de las patrocinantes del programa.

        Lo que me gusta de este programa es el halo barrial que le dan sus conductores; principalmente Mauro Federico, a quién sigo desde que estaba al frente de Reincidentes en la medianoche de radio cooperativa. Sin embargo la blonda Toso, no le va en saga. Dado este perfil, no llama la atención que la entrevista se realizara al tiempo que ambos conductores le entraban a un par de Pizzas.
      Todo se desarrollaba con normalidad. Sin embargo, en determinado momento acontece lo ya previsto en nuestra entrada cortémosla con no cortarla: Mauro Federico manoteó una porción de mussarella y se trajo con ella una segunda que no tenía en mente. Visto que no poseía ni los elementos apropiados, ni la libertad de un comensal normal, no le quedó otra que improvisar -todo esto según su propio relato al aire-: dobló hacia adentro ambas porciones por la ranura mal efectuada e improvisó una suerte de sánguche sui generís de mussarella al cuál bautizó doble fax.

      Salvo en circunstancias semejantes, no la recomiendo: el sabor y la textura de la mozzarella en la doble fax pasa, como se puede sospechar, a un segundo plano. No obstante aplaudo la rapidez y la originalidad de Mauro Federico para salir de una situación poco elegante.