domingo, 18 de noviembre de 2012

Otra vez

         Otra vez mediodía soleado de sábado. Otra vez en familia. Y otra vez nos dimos de frente con la idiosincrasia platense.
         Pasaban de la una. Salimos al asfalto y enfilamos directo para Oliver: diag 78 y 10. No es una pizzería propiamente dicha, como postulamos y definimos en este blog. No obstante el objetivo propuesto era la de cuatro quesos. Oliver presenta una combinación tan atractiva como original de quesos: Mozzarella, Chedar, Gruyere y Fontina.
         Pero otra vez nos quedamos con las ganas: Oliver estaba cerrado.
        Sin titubeos improvisamos un Plan B. Tomamos la diagonal 78 y no nos detuvimos hasta cruzarnos con la diagonal 79. Aquí también se intersectan los trazos de las calles 58 y 4. Entre todas las esquinas que se forman en este punto de la ciudad de la Plata, esta Pizza Nova.
        Como en el caso de GorII, esta esquina forma un ángulo cerrado. Por esto mismo, el local de Pizza Nova, cuenta con gran cantidad de ventanas, igual que GoII, pero no tan grandes.  Estos ventanales dan a 58 y diagonal 78. La tupida arboleda de calle 58 en sintonía con algunas casas de vieja data ofrecen una postal bastante particular: una cuidad que se extingue para dar paso hileras de edificios sin personalidad.
        Las similitudes entre GorII y Pizza Nova son varias: sillas y mesas de madera, los colores rojizos de algunas paredes y los ladrillos deliberadamente expuestos de las demás, la entrada por la ochaba, entre otras más sutiles. Pero sin lugar a dudas, estas similitudes se terminan a la hora de hablar de Pizzas.
        Vale la aclaración: no somos amantes de la Pizzas a la piedra o similares. Motivo por el cual, lo que sigue estará sesgado, aunque nuestra objetividad trate de ganar la partida.
        Este local de Pizza Nova no es grande. Un solo moso alcanza perfectamente para la atención del las mesas ocupadas; en esta oportunidad tres. Pocos segundos después de haber elegido la mesa, se apropincuó el moso y dejo la carta.
      A peasr de saber de antemano que pediríamos una de cuatro quesos, le echamos un vistaso a la oferta de Pizzas: clásica y sin aires de gourmet o snobismo.
       Pocos minutos después, volvió el moso. El pedido fue concreto y rápido: la Pizza que vinimos a probar y tres gaseosas. Antes de retirarse informó que en aproximadamente diez minutos traería la Pizza. Y así fue.
        Diez minutos más tarde, la cuatro quesos estaba ante nosotros. La presentación es de rescatar, sin ser excepcional, puesto que los quesos llegaban hasta los bordes mismos de la Pizza. Detalle difícil de encontrar en los ejemplares hechos a la Piedra.
        La temperatura estaba a punto. Ideal para engullir la primera porción. Tal vez, si uno se torna exigente, podría pedir algunos grados más a solo efecto que la temperatura se mantenga en el tiempo y las restantes porciones no pierdan sabor ni textura.
       La masa, fina, como ya dijimos, en sectores hacía recordar a ostias dominicales. La carga de quesos era la adecuada, pero con un poco más mejoraría bastante. A propósito de este tema, el nombre de cuatro quesos le queda un poco grande. Del roquefort, provolone y parmesano, solo vestigios y trazas difícil de rastrear con el paladar. La mozzarella era notoria y de una sabor agradablemente fuerte, pero por las descripciones descriptas, quitaba presencia a los demás quesos.
      La Pizza en general superó los cinco puntos. Puntaje más que bueno si se tiene en cuenta que lo pone alguien que no es adepto a las Pizzas de masa fina o a la piedra.
     
      

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