jueves, 20 de septiembre de 2012

Me tomo 30, me como una

-L'otro día me clavé una de provolone, -me dijo un amigo; feliz y orgulloso de lo que contaba.
-Cuándo y dónde, -inquerí con algo de envidia. Y no de la sana.
-Al mediodía, mietras laburara. -Precisó en cuatro palabras; para luego pasar a detallar como sigue, -hice el pedido y al rato le estaba entrando a una de provolone. A compartir con los muchachos; como corresponde.
        Inmediatamente quise pedir una. Pero eran las cinco de la tarde y recién habíamos terminado con los mates y los bizcochitos de grasa. No daba para malgastar la oportunidad de disfrutar una buena Pizza.
         Sin embargo me quedó la idea. Aunque no es lo ideal, está más que bueno poder tomarse 30 minutos, pedir la que más nos gusta y disfrutarla con el hambre que provoca el trabajo y la rutina.

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