lunes, 15 de octubre de 2012

Al Pueblo lo que es del pueblo

      Nos guste o no, La Plata es un pueblo grande. Por más que nos esforcemos en parecer otra cosa, o queramos negarlo, es así; siendo más pueblo que grande. Esto se nota sobre todo en nuestra idiosincrasia que se trasluce de manera palmaria en el mercado gastronómico platense.
      Todo aquel que decida salir de Pizzas, luego de pasada la medianoche encontrara disminuida de manera sensible sus posibilidades de acceder a lo que desea: comer una Pizza. Los hornos se apagan, la sillas se levantas, los mosos empiezan a barrer y para cuando uno toma consciencia de que debe comer algo, tiene media ciudad cerrada. Y la otra mitad no se encuentra en condiciones de atender nuestros pedidos.
       Lo mismo sucede los feriados al mediodía. Y tal vez de manera más acentuada. Uno comienza la búsqueda de un lugar para almorzar tarde, para eso es feriado, y rapidamente las características del mercado gastronómico local hace que nuestro recorrido se asemeje al de una bola de flipper en manos de un jugador experimentado.
     Incluso uno encontrará dificultades a la hora de localizar una Pizzería abierta un sábado al mediodía. Quizá sea por las mismas razones: los numerales no dan. La cantidad de gente que sale dispuesta a oblar por comida no haga rentable tener abierto luego de cierta hora o antes de otra.
     Lamentablemente esto pertenece más al ADN de un pueblo que al de una capital cosmopolita. Si bien hay muchas características que pondero de nuestra idiosincrasia pueblerina, esta justamente no es una de ellas.
    

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