viernes, 5 de octubre de 2012

Cortemosla con no cortarla

        No hay necesidad. Nada obliga a hacerlo mal. Y sin embargo es común ver que no se haga bien. Es perentorio cortar a fondo y también cortarla con cortarla a medias: si la Pizza viene cortada en porciones, viene cortada en porciones. Y cualquier punto intermedio debe ser inaceptable. Nada de marcar, y mucho menos de no cortar.
        A más de uno nos ha sucedido. Hablo de tomar una porción, ya sea de la caja de Pizza, de la típica Pizzera de madera o de dónde hayamos decidido llevarla a la mesa, y junto con la porción tomada se nos viene una cantidad impredecible de Pizza; dependiendo de la buena voluntad o de la pericia del Maestro Pizzero o de quién haya retirado la Pizza del horno.
        Varios escenarios posibles pueden ocurrir cuando la Pizza viene mal cortada: arrastrar parte de la Mozzarella de la Pizza restante; peor aún, que este queso caiga en algún lugar inapropiado de la mesa o sobre la humanidad de un comensal que tengamos cerca; una porción entera puede venirse junto con la porción elegida y por peso propio caiga antes de poder dejarla en lugar indicado; una damisela en problemas por no poder hacerse cómodamente de la porción elegida puede recibir la ayuda de un buen hombre cuya noble intención no se traduzca en resultados óptimos dado que lo más fácil sea separar la porciones con la mano.
        Todas estas situaciones incomodas e innecesarias, y otras que no se nos ocurren pueden evitarse si se la corta con cortarla mal.

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