domingo, 19 de agosto de 2012

Al borde de lo mejor

     No es raro ver que algunas personas dejan los bordes de la Pizza. Nadie está obligado a comer lo que no le gusta. Eso es verdad.  Pero cuál es el motivo por el que no les place comer esta parte tan singular de una Pizza. Es más, uno estaría tentado a decir que se están perdiendo la parte más llamativa de nuestro manjar.
    Desde aquí invitamos a ser ciertamente incorrectos: solicitemos esos trozillos de Pizza abandonados sin sentido aparente a un costado del plato de nuestro compañero ocasional de mesa. Nadie se ofenderá y nosotros disfrutaremos un manjar para pocos: el borde de lo mejor.
    En las Pizzas de molde este sector puede ser especialmente tentador; diferente al resto de la Pizza por consistencia, textura y sabor: generalmente sin queso, crocante y ciertamente abundante. A veces, no siempre, puede venir cargado de Mozzarella, otras sin nada de ella, por eso, en estas ocasiones, aconsejamos comerlo ligado a una faja fina de Pizza con Mozzarella.
    Lanzados a comer el borde, habremos de tener precaución. No mucha, pero algo siempre hay que tener: no morderemos con  cuidado para respetar las normas del buen comer, ni nada parecido. Ya hemos dicho que eso nos tiene sin cuidado. Aunque al comer uno de estos sectores fronterizos, se haga más ruido de lo habitual, como si estuviéramos comiendo una tostada de pan francés. Y sí, a veces la consistencia de estos bordes suele ser traicionera, y quizá sean más duros de lo que aparentan. Y si andamos con problemas de dentadura, podremos pasar una mala noche.
    En las Pizzas a la piedra  este problema no existe. El borde no suele ser muy crocante. Pero por lo general como contrapartida, su característica identificatoria es venir inflado con una suerte de globos. Desvestidos totalmente de Mozarella, estos bordes aereados y crujientes parecerán mirarnos implorando que le inquemos los dientes.
    

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